Reseña: En el Bosque de Eliza Wass

Título: En el Bosque
Autora: Eliza Wass
Páginas: 255

Editorial: Ediciones B (B de Blok)
Sinopsis: Los niños Cresswell están destinados a casarse entre ellos. Son los elegidos para encontrar la Salvación, siempre y cuando sigan las reglas que Dios le ha revelado a su padre. Es él quien ha escrito el libro en que aparece toda la Verdad.
De la mano de Castley, la singular narradora de esta trepidante y terrorífica historia, nos vamos enterando poco a poco de lo que sucede con los hermanos Cresswell en esa casa medio en ruinas ubicada en medio del bosque. Ella nos cuenta por qué su madre está en una silla de ruedas. Lo que Mortimer ha aprendido en sus escapadas nocturnas. Lo que Hannan hace mientras entrena en el equipo. La razón por la que Jerusalem no ha vuelto a hablar. La manera en que Delvive se enfrenta a los problemas de la adolescencia. Que Caspar es la reencarnación de su hermano muerto… o tal vez no. Es Castley la que quizás tenga la llave de la salvación de todos ellos.

       Apenas vi este libro, sentí que debía leerlo. Más allá de su hermosa portada, la sinopsis daba pie para descubrir un thriller juvenil de lo más prometedor.

 Leí en algunos blogs que esperaban que esta historia les causara terror o miedo, a mí nunca me dio esa sensación. Ni tampoco lo esperaba, para nada: esperaba una novela diferente, con una trama original y misteriosa. ¿Lo encontré? En partes sí y en partes no, y les quiero contar por qué.

 La historia tiene como protagonista a Castella Cresswell, una joven de dieciséis años que vive en una casa en el bosque junto a sus padres y sus cinco hermanos -Hannan, Delvive, Caspar, Mortimer y Jerusalem-. Su vida no es para nada convencional. Viven bajo las estrictas reglas que les impone su padre, las cuáles aparentemente son basadas en visiones y mensajes que Dios le envía a él para que ellos cumplan al pie de la letra. ¿Por qué? Porque tienen que ganarse un lugar en el Cielo, y su comportamiento no debe asemejarse en nada al del resto de los humanos: no pueden tener amigos, ni siquiera hablar con otras personas, no pueden asistir a eventos públicos, ni vestir ropa normal, ni andar con el cabello suelto, ni contradecir nunca a su padre, quien profesa los mandatos de Dios.

 Todas estas características me parecen realmente alucinantes. Quedé encantada apenas comencé a leer. Un libro en el cual los hermanos están destinados a casarse entre ellos, donde están esperando el fin de los días torturados con pensamientos confusos, y realizando constantemente sacrificios y castigos (algunos, incluso, autoinflingidos). Todo pintaba de mil maravillas para el desarrollo de una trama prometedora. Pero se me quedó todo por la mitad. Sentí que la autora no terminó de explotar la idea central de la obra, que se perdió en el camino al centrarse demasiado en los sentimientos de Castley, relegando a un subsuelo más o menos, al resto de los personajes (que podrían ser igual o mucho más interesantes que ella). Incluso a pesar de prever el final, esperaba que éste me conformara.  

"Una vez allí, cunado me sentí segura, me tomé mi tiempo para dejar que la noche bañara mi ser. En cierto modo, yo era como la noche: interminable, incorpórea e intrépida. Me detuve a grabar una estrella en la base de un tronco.

 «Esta es para recordarme lo afortunada que soy de pertenecer a algún sitio, de estar segura».

No pude ponerle menos nota que ésta porque realmente es una trama que es adictiva. Se lee muy rápido (más allá de tener pocas páginas) y cada capítulo engancha más que el anterior. La manera de narrar de Eliza es muy atrapante, y logra plasmar los pensamientos de la protagonista de manera que los podés palpar. Pero llegado un punto, la originalidad de la historia y el hecho de que se traten temas tan retorcidos y complejos, se vuelve un poco en contra. Creo que la autora no supo qué hacer con ello. No supo más que contarnos el calvario que sufrían -que es de imaginar-, pero le faltó el resto: redireccionar la trama hacia algún punto, ponerle un sentido. No dejar preguntas sin respuesta, especialmente en un libro autoconclusivo. ¿Qué significaban las visiones que tenían? ¿En qué se fundaban realmente las intenciones de Padre? ¿De dónde salió el libro que escribió, tan lleno de Profecías? ¿Por qué de repente la protagonista quiere revelarse contra todo, si seguía creyendo en su arraigada religión? ¿Qué sucedía con la madre, antes, durante, y al final de la historia? ¿Cómo es posible que queden tantos cabos sueltos? Son algunas de las cosas que, muy a mi pesar, quedan sin respuesta en este libro. Y un final tan abrupto y abierto no me alcanzó para conformarme, ni para aquietar mis interrogantes (que eran muchos).

 Leí una entrevista que le hicieron a Eliza Wass, en donde ella cuenta que se inspiró en su propia vida para escribir este libro. Ya que su familia era de una religión de características similares, la cual de a poco iba sumergiéndola en una burbuja de la que no podía salir. Al final decidió hacerle frente a ello, y logró escapar; lo contó a través de En el bosque. Me parece admirable que haya tomado una decisión de tremenda magnitud, sé que debe ser de lo más difícil vivir bajo esas condiciones tan inhumanas. Pero para escribir un libro de ficción, siento que hace falta más que recrear una historia pasada. Sí que el libro debe tener miles de cosas diferentes a eso, pero el trasfondo se quedó en el aire, insustancial y extraño.

 Me quedé con la sensación de que el libro sería perfecto como el inicio de una trilogía, pero lamentablemente no es así. Así que me lo pensé mucho a la hora de contar mi opinión sobre él, porque realmente me había encandilado con la trama, duré hasta más de la mitad enamorada de la prosa de su narradora. Pero llegando al desenlace me iba dando cuenta de las pocas páginas que quedaban y de que sería imposible se resolvieran todas mi dudas en ellas. 

 Se los recomiendo si quieren leer un thriller muy atrapante, con temas profundos y redactados de una manera cruda, que les tocará hasta el último rincón de su mente. Una historia original que toca aspectos muy delicados, perturbadores. Pero no esperen un final de película, ni tampoco tengan las expectativas tan altas, como hice yo, que así lo disfrutarán más.  

"Al libro de Padre sólo le veía sentido cuando no pensaba en él. La mayor parte del tiempo, si trataba de diseccionarlo, si trataba de verlo de una manera lógica, era como darme contra una pared. Algunas veces, sin embargo, leía algo y era como desenterrar un tesoro. Me daba cuenta, entonces, de que Dios, y tal vez también mi padre, conocía la forma exacta de mi corazón".

 3.5/5

¡Muchas gracias a Ediciones B por enviarme el ejemplar!