Título: La ciudad de la luna eterna
Autora: Esther Sanz
Páginas: 345
Trilogía: El Bosque #3
Sinopsis: * Spoilers de los libros anteriores* Cuando el destino cierra una puerta, el corazón abre otra… Ahora que por fin han desaparecido las amenazas que ponían en peligro el secreto del bosque, Clara ha regresado a Colmenar y trata de acostumbrarse a la tranquilidad de la vida rural, mientras planea trasladarse a la aldea de los inmortales con Bosco. Hace cuatro meses que no se ven, y a Clara la espera se le está haciendo eterna… Pero cuando finalmente llega el momento que tanto ha anhelado, las cosas no suceden precisamente como ella había imaginado. Un descubrimiento inesperado abre un abismo que la separa irremediablemente de Bosco y pone fin a la relación de forma precipitada… Muy pronto, en un intento de poner tierra de por medio cuanto antes, Clara decidirá viajar a la ciudad del Renacimiento, Florencia, desde donde le han llegado noticias algo extrañas de Robin…
Leí este libro después de muchísima ansiedad por tenerlo. Incluso con miedo porque pensé que cerraba una trilogía espectacular, con un desenlace inolvidable... pero me equivoqué.
La autora me había conquistado completamente con
El bosque de los corazones dormidos y
El jardín de las hadas sin sueño. Pero en esta tercera parte, sentí que perdió completamente su magia, y no solo eso, sino también su eje. Cabe aclarar que la reseña contiene spoilers de los libros anteriores, los cuáles son bastante explícitos así que sino los leyeron y quieren hacerlo, no les recomiendo que avancen.
La historia continúa luego de un final bastante alentador para los personajes. Clara al fin cree que puede tener una relación con Bosco, incluso piensa mudarse con él. Las cosas se complican cuando ella descubre algo y toma una dirección contraria. Además, Bosco se muestra indiferente con ella, por lo que inicia una nueva vida en Florencia. Allí conoce a varias personas y se encuentra con otras. Conoce a Camilla, que es muy enigmática y al final te quedás de piedra con lo que resulta ser de ella, Fabrizzio y también a Dante, cuyo papel es muy importante -aunque adormecedor- para conocer el por qué de todo el rollo de la eterna juventud. Robin resurge, lo cuál me encantó, porque siempre sentí cariño por él después de conocer su ''lado bueno''. Además es uno de los pocos personajes del libro que está estructurado de forma realista y que no es trillado.
Clara se torna muy <<liberal>> a estas alturas, y por el contrario de lo que pensé, me molestó demasiado. Es imposible que haya cambiado tanto, y también que le reste importancia a todo lo que sucedió como si fuera algo insignificante.
Muchos personajes que tenían potencial quedan relegados, olvidados y enterrados -léase Berta, Braulio, Paula...- ¡Ah! y ¿dónde está el papá de Clara?
El asunto de la semilla de la eterna juventud quedó bastante clarificado y por ello me incomodó que hubiera tanta redundancia respecto a él. Todo para que al final las cosas se resuelvan como si tal cosa. La verdad quedé un poco abstraída de mi discernimiento porque no sabía qué nota poner al libro. Teniendo en cuenta lo que esperaba y lo que fue, elegí darle poco, pero creo que fui un poco impulsiva.
La escritora tiene una pluma muy bonita, que es suave y reboza belleza. Solo que en esta ocasión lo que eligió contarme no me llegó ni de lejos.
Lo que sí rescato es que hay introducida mucha cultura y explicaciones de los hechos. Aunque fue bien pensado, algunas cosas fueron mal recibidas por mí. Me explico: respecto a lo primero, me gustó conocer sobre pinturas, cuadros, obras y épocas de la Roma clásica, como el Renacimiento. Además, muchas de las descripciones arquitectónicas de los bellos lugares italianos, incluso de las comidas y las expresiones, me dejaron sorprendida. Que la ciudad de Florencia sea el escenario principal donde transcurre todo, fue un punto a favor para la trama. Pero el hecho de que se le sume a eso (que de por sí, es bastante espeso de sobrellevar) una extensa y aburridísima historia sobre los ancestros de Clara fue un somnífero perfecto. Es decir, hablaban de su conexión con su retatarataratarabuelo...
Lo que más me gustó: La manera de ambientar los hechos de Esther se mantiene intacta. Antes, en el bosque, lograba que nos sintiéramos dentro de él, al igual que en la cabaña de Bosco, en la Dehesa o cuando mencionaba a la Aldea de los Inmortales. En este libro, también logra que nos metamos en la historia de manera que sintamos tocar las obras de arte antiquísimas de la bella ciudad de Roma.
Lo que menos me gustó: La extensión de las explicaciones que rondaban en una idea simple. Era como que se embrollaba demasiado para contar por qué pasó tal cosa -lo cuál, no era plenamente ''inesperado'' como para hacer tanto drama-. Los personajes pierden solidez, sin spoilear, claramente diré: Robin fue el que no me gustó en un principio, pero luego me enamoró. Hasta ahora fue uno de los que más pude llevarme algo. Bosco fue decayendo como un avión en picada. Es increíble lo prescindible, insulso e irreal que transformó Sanz a este personaje; siendo antes el más importante de la trilogía. Clara, una chica que no me molestó tanto, pero con el avance de los libros fui viendo como algo sumamente contradictorio: que si estoy con Robin o Bosco, o me quedo con los dos. Sus decisiones de niña de trece me hacían querer quemarme la cara con aceite hirviendo. Mi Dios, repasando todas estas cosas me doy cuenta de lo que costó terminar la lectura.
Ah, casi se me olvida mencionar el intento de triángulo amoroso que desde un principio fue predecible, sin embargo, la autora viró completamente -y ridículamente- los acontecimientos para que resulte al revés. ¿Acaso nadie nota lo forzado que fue eso?
Y por último el final, más desubicado que payaso en un velorio. O sea, miles de cosas inconclusas. Personajes que quedan en la nada, de los cuáles no sé si se murieron o si fueron felices. Cualquier cosa.
En fin, un libro totalmente decepcionante para mí, teniendo en cuenta que a los dos anteriores de la trilogía les había dado cinco de cinco estrellas. La verdad es que tengo mucho más para decir pero me duele tanto haber llegado hasta acá para nada, que no quiero hacer una parte con spoilers asesinando a la autora que, pobre, le erró de sobremanera con este final.
2.5/5
Londres, 1890. Después de verse sometida a la estricta voluntad de su familia y de descubrir la extraña desaparición de su amado Thomas, la joven Emily Watson emprenderá un viaje hacia Japón para encargarse de la fábrica de seda y las plantaciones de té que su familia posee en una villa cercana a Tokio.
