Título: El cuervo y otros poemas
Autor: Edgar Allan Poe
Páginas: 96
Editorial: Ediciones B (Clásicos Oscuros- Bruguera)
Sinopsis: La aparición del poema “El cuervo” (1845) fue mundialmente celebrada por la musicalidad, la forma narrativa, la irrupción de lo irracional, el ritmo y su ambiente fantasmagórico, rasgos que aparecen en la mayor parte de sus poemas, como en “Annabel Lee”, “Estrellas fijas”, “Ulalume”.
Lejos de toda intención didáctica, la poesía de Poe está fundada en la belleza, en la música de las palabras y en el ritmo que se logra a partir de la repetición. Celebrado por todas las generaciones de escritores que lo sucedieron, y también criticado, la influencia de Poe en la literatura universal es insoslayable. Rubén Darío se refería a él como “príncipe de los poetas malditos” y Jorge Luis Borges sostenía que “Poe indisolublemente pertenece a la historia de las letras occidentales, que no se comprende sin él”.
Hace unos años leí algunos relatos de este autor, y quedé completamente enamorada. Pueden pasar a ver la reseña que está subida al blog. Este libro tiene poemas y relatos que justamente no estaban en ese ejemplar, así que fue una grata sorpresa haberlo leído.
El libro comienza con un prólogo narrado en primera persona por Rubén Darío, quien habla un poco sobre la primera vez que llegó a Estados Unidos, describiendo un poco Manhattan, Boston, Washington, entre otros lugares. Cómo empezó a leer los versos de Poe, calificándolo como legendario y bautizándolo eternamente como “el príncipe de los poetas malditos”.
Me encantó este prólogo. La manera en que Rubén Darío se refiere al autor es sencillamente sublime, profundizando en aspectos de su vida que resultan de lo más interesantes: desde su niñez (tan dura debido a que quedó huérfano desde muy pequeño), con toda su belleza -que lo acompañó incluso al hacerse mayor-, sus ojos melancólicos y su expresión soñadora pero triste; su bigote negro y su extraña personalidad. Era apasionado, nervioso, visceral.
Los poemas son sencillamente maravillosos. Entre los que más me gustaron están Annabel Lee, La durmiente, Los espíritus de los muertos, El Reino de las Hadas, El lago y, obviamente, El Cuervo. Voy a intentar comentar un poco sobre algunos de los poemas para que comprendan a qué me refiero.
Annabel Lee, que habla de un amor profundo y arraigado en su alma, de una gran pérdida, del arrebato y del llanto sin consuelo junto al mar, por su amada. Pero nunca, jamás rozando siquiera el romanticismo rosa, más bien es un romance lúgubre y amargado. Y sé que suena espantoso, pero vamos, que la escritura de este hombre es oscura y vino a reinventar la novela gótica. No se espera menos. Y es alucinante que se caracterice por eso.
La durmiente, que mezcla esos sombríos detalles sepulcrales y fantasmagóricos con la delicadeza y la pasividad. Una clara referencia a la muerte, pero bastante más cruda y mucho menos sutil que en otros de sus versos, lo cual lo diferencia de sobremanera.
Los espíritus de los muertos, que, ¿adivinen de qué trata?. Exactamente lo que están pensando. Y es increíble como Poe es capaz de hallar mil maneras de narrar sobre una misma cosa, y mil adjetivos más para describirla. Aquí se hace referencia al alma cuando se desprende del cuerpo, al espíritu y ese eterno descanso, no tan tranquilo en realidad.
“¡Que su sueño eterno pueda ser profundo!
¡Que los gusanos se deslicen dulcemente a su alrededor!
¡Que en el fondo del bosque viejo y sombrío, alguna gran tumba pueda abrirse para ella,
alguna gran tumba que haya cerrado otras veces, como alas sus negros panneaux triunfantes,
por encima de los estandartes funerarios, bordados con las armas de su ilustre familia...”

Y no puedo dejar de mencionar la obra maestra de este libro: El Cuervo. Es indiscutiblemente el mejor, y es que tienen que leerlo -si no lo hicieron- para entender de qué les hablo. Sorpresa en cada verso e intriga después de cada interrogante. La interpretación de su significado es tan amplia, que incluso una misma mente crea múltiples hipótesis. En mi caso lo direcciono hacia las ataduras, y la introspección. Cómo el narrador sufre por una herida profunda y cómo a su vez, se condena a la soledad y a las sombras. Tiene mucho que ver con atormentarse con recuerdos, sentirse desdichado pero aún así nadar en esa negrura -por momentos, hasta como conformes con ello-. También adhiero a la interpretación de que el protagonista está en un callejón sin salida, y de cara a la locura.
La pluma de Poe es extremadamente metódica. Es trágica en demasía y sepulcral por donde se la mire. Crea ambientes sobrenaturales de la nada y los vuelve casi reales. Hace del horror una sensación soñada -y no sé cómo, simplemente creo que es un don inalienable-. Es más que justificable que se mantenga su vigencia de siglo en siglo, porque nunca leí nada igual. Y cabe aclarar, que no soy nada amiga de la poesía.
“La incomodidad, el disgusto, el cruel sufrimiento
han cesado con la fiebre que enloquecía mi cerebro,
con la fiebre llamada vivir que consumía mi cerebro.
Y de todos los tormentos, aquel que más tortura ha cesado:
el terrible tormento de la sed por la corriente oscura de una pasión maldita”.
5/5
¡Muchas gracias Ediciones B por el ejemplar!