martes, 30 de agosto de 2016

Reseña: El dueño de las sombras de Care Santos

Autora: Care Santos
Título: El dueño de las sombras
Trilogía: Trilogía de Eblus #1
Páginas: 432

Editorial: Ediciones B
Sinopsis: La familia Albás arrastra desde hace generaciones una maldición que marca sus vidas y de la que no encuentran la manera de escapar. La razón de la maldición, la única verdad de la misma, solo la conoce Eblus, un diablo que no olvida ni perdona, pero que en algunas cosas es mucho más humano de lo que está dispuesto a reconocer.
 Muy pocos libros logran generarme esa sensación de: "no le cambiaría nada", y esta es una de esas ocasiones. Quedé absolutamente sorprendida con esta autora, en muchos aspectos. 
 La historia se basa en una familia (los Albás) que desde hace muchísimos años arrastra una horrible maldición, que no parece estar dispuesta a dar tregua con el paso de las generaciones. El libro comienza mediante un relato, situándonos en el año 1991, de cuya culminación surge lo que nos entretendrá durante todo el desarrollo y hasta el final de las páginas: el narrador.
 Ese aspecto es sin dudas el más original de la obra, ergo el más maravilloso. No soy experta para ahondar ni mucho menos especificar técnicamente la narración en segunda persona, pero entre las características básicas que tiene se puede decir que el narrador siempre busca la complicidad con el lector y le habla directamente. Es un carácter distintivo, más allá de que se trate de una narración en segunda persona (teniendo en cuenta que son más frecuentes, en especial hablando de literatura juvenil, las narraciones en primera y tercera persona) porque quien nos relata es alguien poco usual -no diré nada con exactitud para no arruinar la sorpresa, que no sé si será o no sorpresa pero me pongo del otro lado y si no lo supiera, no me gustaría que me lo arruinen-. Entre muchas cualidades que posee podría mencionar su sarcasmo, osadía, altanería, vanidad, prepotencia, orgullo y desinterés por el prójimo (sé qué parece superfluo y obvio, pero lo recordé de una clase que tuve anoche mismo y me pareció que encajaba con él). También es alguien que desparrama desprecio, sí: desprecio por todas partes y para todos y todas. Hay mil adjetivos que podría adjudicarle, pero creo que ya se darán una idea de cuál es su perfil, y la magnitud de su maldad inescrupulosa y sin límites. Lo bueno de todo ello es la manera en que la autora lo hace funcionar, atrayendo al lector, invitándolo a leer en todo momento. Se preguntarán quizás por qué un narrador con esas características tan desagradables puede resultar atrayente...La verdad es que no estoy segura, pero lo atribuyo a su capacidad de persuasión. Leí por ahí cosas terribles sobre eso, dado que a muchos les resultó molesto; aunque eso depende de los gustos de cada quien. A mí me cayó de mil maravillas con su desparpajo, e incluso lo admiraba en los momentos donde no había tanta afinidad, sólo por el hecho de hacerme sentir algo: miedo, tensión, desconfianza. Hay muchas cosas que hacen que te pegues a esta historia, sin ir más lejos esa complicidad que mencioné antes transforma la lectura casi en una conversación constante. Claro está, entre el lector y quien relata, haciendo que entre líneas se dirija a nosotros y que elaboremos ciertas "respuestas mentales" que podríamos acotar. Es un ida y vuelta. Lo divertido está, para mí, en su carácter de hegemonía sobre el resto y la intención de que estemos un peldaño más abajo, de manera dependiente, siempre pendientes para seguir cada uno de sus movimientos. 
 Sé que quizás me detuve más de lo normal en esa cuestión pero me parece realmente menester destacar la habilidad con que se construyó esa figura. El uso magnífico que le da Care Santos dentro de esta historia y cómo es nuestro guía durante la lectura. Al punto de tener influencia en nuestro pensamiento de manera directa (utilizando, claro está, los recursos literarios competentes). Por momentos hasta se toma el atrevimiento de meterse en nuestro tiempo real, jugando con el momento en el que leemos, lo que podríamos estar haciendo antes o después de ello y con sembrar si se quiere una duda, o, si son muy escépticos, una amplia sonrisa de diversión. 
 Aquí hago un apartado para aclarar que si bien se hace uso de la segunda persona, también muchos de los capítulos son contados por los personajes, miembros de la familia, en primera persona (creo que quedó clara mi admiración por quien escribió la obra respecto de sus habilidades para jugar con los cambios de narración). Y de la mano de esto viene el segundo aspecto que me fascinó: los saltos en el tiempo. Sin ser toscos, rebuscados ni incoherentes, se nos traslada de repente de un siglo a otro, o incluso de varios siglos antes, a la actualidad. En este punto el lector siempre tiene el papel de espectador, quien es llevado mediante un viaje espacio-temporal a determinado momento que el narrador quiera contar, porque le parece pertinente o porque sólo quiere llevarnos. 
 Los personajes en sí van desde los más insulsos hasta los más complejos. Pero hasta los insulsos, verán, tienen un papel que en algún momento pone en jaque los acontecimientos. Entre los que más me gustaron está Rebeca, porque tiene la valentía de crear un punto de inflexión en determinadas circunstancias, y no le gana la comodidad. Y también su hermana Natalia, aunque son opuestas y hay un abismo entre ellas, logró despertarme mucha intriga. Aunque admito que cerca de la mitad del conflicto yo pretendía hacerme tinta y meterme para cachetearla, pero terminó resultando útil. Y cuánto. Hay incontables personajes que aparecen de un momento a otro, y todos son maravillosos, realmente me gustaría que los conocieran, porque les aseguro que es muy interesante entender sus razones. 
 También quiero destacar que hay un árbol genealógico al comienzo y que entre capítulo y capítulo, se inserta alguna que otra nota o recorte periodístico. Este tipo de cosas siempre son bienvenidas por mí, por un lado cuando hay muchos personajes y puedo llegar a perder el hilo del vínculo entre ellos, y por el otro, para distender un poco de la narración fluida o lineal, con algún anexo ingenioso.  
 Les cuento que tuve que reformular gran parte de la reseña porque sin darme cuenta había pecado de extensa en demasía y, además, me había ido de tema con los datos jaja. Lo bueno de escribir sobre lo que leés apenas cerrás la tapa, es que las sensaciones plasmadas son genuinas y lo hacés al calor de todo lo que produjo en vos el libro. Lo malo es que la línea fina entre la verborragia y los spoilers tiende a hacerse más ínfima en estos casos. Pero no se preocupen, que lo arreglé antes de publicar. 
 El dueño de las sombras es de esos inicios de trilogía que prometen todo, que arrasan como dos mil caballos de fuerza y que te dan ganas de pegarles post-its por todas partes, tantos como para que no quede color blanco en el dorso de las páginas. Yo caí en la tentación ante un narrador cruel, meticuloso y persuasivo. Un libro diferente al resto de los de mi estantería. Recomendadísimo. 
"Ya estás muy cerca, lector, de desentrañar casi todos los misterios de esta historia. ¿Te has formulado una pregunta sencilla, pero de compleja respuesta?: ¿tienes alguna sospecha de lo que voy a hacer contigo una vez agote cuanto tenía que contar y ya no necesite tu atención? ¿No te da miedo imaginarlo? No lo niegues: has experimentado un pálpito de inquietud. Lo he sentido a la perfección. Pero lee, lee tranquilo. Todavía me resultas útil. No ha llegado el momento de decidir acerca de tu destino, afanoso receptor de estas líneas. Silencio, pues el cuento continúa...".
5/5

¡Muchas gracias a Ediciones B por enviarme el ejemplar!

jueves, 25 de agosto de 2016

Reseña: Contar de 7 en 7 de Holly Goldberg Sloan

Título: Contar de 7 en 7
Autora: Holly Goldberg Sloan
Páginas: 411

Editorial: Océano Argentina (Gran Travesía)
Sinopsis: Willow Chance es una niña superdotada de doce años de edad, obsesionada con la naturaleza y el diagnóstico de enfermedades, y a quien le encanta contar de siete en siete. Nunca le ha resultado fácil congeniar con otras personas que no fueran sus padres adoptivos, sin embargo, eso no le había evitado llevar una vida tranquila y feliz… hasta ahora. De repente, el mundo de Willow cambia trágicamente cuando sus padres mueren en un accidente de coche, dejándola sola en un mundo desconcertante.
 "Si estás perdido, tal vez necesitas nadar contra la corriente". Esa frase tiene en su portada este libro, que dejó marcas a fuego en mí. Tiene como protagonista a Willow Chance, una niña de doce años que es altamente dotada. Es hija única, es adoptada y tiene muchas obsesiones (además de TOC's), una de ellas está relacionada con el número 7: lo busca en cada cosa de su cotidianeidad que pueda verse en aspecto cuantitativo, además de que siempre que cuenta en grandes cantidades lo hace tal cuál lo refleja el título de la obra. Nació el séptimo día del séptimo mes; ese es su número y la ayuda a centrarse en muchas circunstancias. También tiene obsesión con las condiciones médicas (es decir, las enfermedades lisa y llanamente, y en especial las de la piel) y con las plantas y todo su funcionamiento. Es demasiado meticulosa, por lo que necesita mantener en orden su universo, por supuesto, un orden secuencial que vaya al ritmo de siete en siete. Hace notas de campo y tarjetas de diagnóstico de las personas que conoce, y también de las que no. Analiza todo con detenimiento, desde las partículas que compone cada material que toca, hasta las horas exactas de sueño que su cuerpo necesita para rendir con eficiencia en un día promedio. ¿A que no es una niña interesante?
  El libro está narrado en primera persona por Willow, de quien muchas cosas más podría decir, que pasarían las horas y aún seguiría describiendo maravillas y extrañezas que hacen a su personalidad. El conflicto comienza realmente con la muerte de sus padres adoptivos, que eran lo único que ella tenía en el mundo. Aunque físicamente eran absolutamente opuestos, crearon un lazo muy fuerte y se adaptaron a la forma especial que tenía su hija de ver el mundo. Luego de que dejaran de formar parte de su vida, Willow empeora en lo que respecta a su dificultad para introducirse socialmente, hacer amigos en la secundaria y poder relacionare con otras personas de su entorno.  
 Esta historia va más allá de la adopción, de quedar huérfano a una corta edad, o de las pérdidas familiares y el dolor que puedan causar. Sí que eso es importante, pero más aún lo es la existencia de una fuerza más grande, el amor, y como transforma todo lo que toca a su paso. Junto a Willow pude aprender mucho, sobre plantas, enfermedades raras y hasta diferentes tipos de bacterias que ni sabía que existían. Pero la historia trasciende todo, muestra esa crudeza que tenemos los seres humanos para juzgar sin conocer, para señalar creyéndonos mejores, como si pudiéramos poner nuestros derechos sobre los de los demás. Creo que de este tipo de historias realistas, con muchas frases para reflexionar y a un millón de kilómetros de ser un libro de auto-ayuda, se puede obtener una hermosa experiencia como lector. Además hay más personajes que aparecen, como los nuevos amigos que hace en la escuela (Quang-ha y Mai Nguyen) o su consejero cuyo papel es fundamental en la obra (Dell Luke). Ellos ayudarán a Willow a transitar su camino difícil, y lo que rescato es que lo hacen genuinamente, ya que su situación económica-social no es mucho mejor que la de ella. Sin embargo, su predisposición para superar obstáculos es tan grande, que no se le caen los anillos por brindar ayuda a alguien más. 
 En una edición hermosísima además, tanto externa como interna, ya que dentro, los capítulos tienen inicios con bonitos detalles y la tipografía es grande, redondeada y armoniosa a la vista. 
 Lo que hizo que no le de una puntuación perfecta fue por un lado el final idílico que tuvo, y no es que me resulten malos los finales de ese tipo, sino que me hubiese gustado que tuviera otro ángulo, que no siga lo instituido en esos casos con finales perfectos. Y lo otro es en relación a la presentación y es la sinopsis propiamente dicha. Creo que dice demasiado, mucho más que lo que hace falta saber. Cosas muy puntuales que sería mejor que sean descubiertas en la misma lectura. Fuera de eso, recomiendo mucho la lectura si no pecan de detallistas como yo, ya que la disfrutarán al máximo.


"Antes de que pienses que estoy loca (lo cual siempre es una posibilidad), mira hacia afuera. Ahora mismo. 
 Espero que lo que tengas a la vista no sea un estacionamiento o un edificio. 
 Me imagino que ves un árbol alto con hojas delicadas. Alcanzas a ver un campo abierto con pasto meciéndose. En la distancia hay hierbas creciendo entre las grietas de una banqueta. Estamos rodeados. 
 Te estoy pidiendo que prestes atención de una manera nueva y lo veas todo como algo Vivo. Con V mayúscula". 
4/5

¡Muchas gracias a Océano Editorial por cederme el ejemplar!